Desde siempre, desde chica digamos, siempre pensé que el día que tuviera una hija se iba a llamar Olivia.
Conservo una libretita de cuando tenía 9 o 10 años, con una listita de nombres de nena que seguro iba escuchando o leyendo por ahí y con letra manuscrita están escritos Olivia, Carmela, Elena, Martina, Camila y otros tantos de varón.
Cuando nació mi primer hijo el trato con mi marido fue: si es nene elijo nombre yo, si es nena elegís vos. Fue nene, elegí yo y le puse Valentino. Llegó el segundo, elegí yo, fue Benicio. Cuando llegó el tercero y me enteré que era nena dije “es Olivia”. Y mi marido sacó a relucir el trato inicial y me dijo: es nena, elijo yo y se llama Lola. Y así fue que quedó Lola y yo relegué mi deseo de que alguien se llame Olivia en la familia.
Hasta ahora.
Hace un par de semanas atrás, por medio de OH! , llegué a F. (y no la identifico porque no le avisé de este post). F. es la dueña del negocio más lindo, más femenino y con más onda de toda la ciudad – y que disculpen si algún otro dueño de algún otro negocio de Chascomús está leyendo este post, pero es así. Un día, le fui a llevar unas tazas de té inglesas encantadoras que me compró, y charla de por medio me dijo que vendía su negocio: que vendía Olivia.
Olivia es mi negocio de cabecera para comprarme zapatos. Fue el primer lugar donde conseguí unas botas de Paruolo que aún hoy las miro y no puedo creer lo lindas que son. Por si no se entiende (sí me van a entender las que no viven en las grandes urbes) hay cosas que en las ciudades chicas las mujeres miramos solo en las Para Ti, o en Oh la lá, o conseguimos viajando únicamente. Bueno, eso pasaba acá hasta que llegó F. y su visión genial sobre la moda.
La cosa es que después de mucho pensarlo, después de muchas charlas con la familia, después de muchas charlas con F., Olivia finalmente va a pasar a ser parte de mi familia, y yo estoy sumergida en el medio de un súper mega emprendimiento, que va a hacer de este 2012 un año difícil de olvidar.
Así que sepan disculpar la ausencia de tantos días, posiblemente esto mejore una vez que yo deje de andar eligiendo zapatos y carteras para la nueva temporada otoño-invierno.
OH! sigue, obviamente, porque todo tiene que ver con todo, y porque es mi proyecto del corazón, solo que quizás por un tiempo, a otros ritmos, hasta que todo esto fluya de manera más relajada.
En el mientras tanto, nos leemos, nos comentamos, y obviamente a partir de ahora, si alguien quiere saber que viene en zapatos y carteras para el invierno, no dude en consultarme ja.
Bienvenida Olivia a la familia.