Debería comenzar el post con esa canción de Miguel Cantilo que dice “yo adoro a mi ciudad, aunque la gente no me corresponda, cuando condena mi aspecto y mis ondas con un insulto al pasar ♪”…
Hace 6 años que volví a vivir acá, a la ciudad donde nací. Volver fue complicado, muy, diría, pero a la hora de tomar la decisión pesó el hecho de que había un hijo de por medio, y que vivir en la gran ciudad, con padre y madre trabajando 10 hs. por día, y sin familia cerca, iba a ser complicado. Preferí optar por resignar mi inmenso amor por la jungla de cemento y retornar a la vida de pueblo.
Sin embargo, desde que volví, no puedo terminar de adaptarme a ciertas costumbres de estos pagos.
No puedo acostumbrarme por ejemplo a que durante la tarde no haya nada abierto: no hay supermercado, ni verdulería, ni carnicería que esté abierto entre las 13 y las 16 horas, salvo uno, en una de las puntas de la ciudad. Si te olvidaste el paquete de harina para el bizcochuelo que pensabas hacer, sonaste: tomá mate con Criollitas, porque hasta las 5 de la tarde imposible comprar.
Si el lunes se te ocurre que tu almuerzo son unas buenas baguettes con jamón y queso por ejemplo, bueno, el lunes las panaderías no abren, por lo tanto, o comprás pan en exceso el domingo y lo calentás, o te hacés sándwiches con pan lactal (siempre y cuando te hayas acordado de comprarlo temprano no!). Recién ahora un panadero que seguramente no debe ser de la ciudad abrió una panadería que trabaja todo el día en horario corrido y abre los lunes!
Me fui acostumbrando a comprar pan los domingos y a tener previsto que no falte nada si se me ocurre cocinar durante la hora de la siesta, pero a lo me niego a tomar como normal es a esa costumbre que hay en las ciudades chicas de querer saber todo de uno. Con cuál de los xxxx estás casada vos? Y tu papá de qué trabaja? Es pariente de x?? Y vos de cuál xxxx sos? Tu suegro es xxx?
A saber: mi familia no es de las familias con apellido tradicional en la ciudad; nadie en ella se destacó lo suficiente como para ingresar a la elite del pueblo digamos jeje. Mi viejo, hijo único, nunca terminó de conocer al resto de su familia porque mi abuelo murió cuando el era un bebé. Quizás si Faustino hubiera vivido un par de años hubiera hecho algo que significara que lo recordaran hoy, y yo podría zafar de esas preguntas diciendo: si, sí, soy la nieta de”… Bueno, ni eso. Cuestión que siempre pasamos por la vida con perfil bajo, bajísimo, y disfruto de eso.
Desde que me casé, pasé a ser “la esposa de”…, porque yo, chica de perfil bajo, me casé con el integrante de una familia archiconocida en la ciudad, el ying y el yang. Y llevé el papel lo bastante cómodamente todo este tiempo, tratando de mantenerme tras bambalinas digamos
De un tiempo a esta parte, pasé a ser Clo, la dueña de Olivia, y mucha gente, mucha más de la que me gustaría, consideró que por esa sola razón tiene derecho a hurgar entre mi escaso arbolito genealógico para buscar padres, algún abuelo, tíos y/o primos conocidos.
Sepan queridos habitantes de esta querida ciudad que siempre trataré de mantenerme en el margen de la foto principal y que si pudiera, inventaría otros nombres, y otras historias de vida, y les contaría cosas diferentes a todos y cada uno de los que me preguntan, para armar un gran gran teléfono descompuesto y divertirme mientras se enredan con chismes irreales.
Pueblo chico infierno grande dice el gran Cerati, cuanta razón maestro, cuanta razón...